La
noticia de la presencia de un Búho
Gigante entre los restos óseos localizados en una la cueva La Lechuza de la zona de la Gejira impactó a todos en
Gibara.
Clasificados
como correspondientes al Pleistoceno tardío y al Holoceno temprano
cubano, entre 20 000 y seis mil años antes del presente, los restos óseos se encuentran mineralizados
y entre ellos se pudo encontrar una
cintura pélvica del antiguo Búho que alcanzó un metro de altura.
Científicamente
conocido como el Ornimegalonyx, era un ave carnívora de cortas alas que
probablemente no podía volar, pero poseía largas patas y pequeño esternón al
parecer para facilitar la captura de sus presas mediante la carrera.
En
el agrupamiento óseo, denominado Orictocenosis, también fue posible identificar
la presencia de un mamífero de hábitos arbóreos, nombrado Neocnus gliriformis,
considerado antecesor de todos los perezosos del continente latinoamericano.
Igualmente se definieron restos fosilizados de jutías de los géneros extintos Boromys, Geocapromys y Capromys pilorides, y una pieza dentaria de un Almiquí, insectívoro cuyos ejemplares hoy se consideran fósiles vivientes.
La
investigación continuará en los próximos meses debido a la importancia que
reporta el hallazgo del depósito óseo
para la Sociedad
espeleológica de la provincia. Igualmente se definieron restos fosilizados de jutías de los géneros extintos Boromys, Geocapromys y Capromys pilorides, y una pieza dentaria de un Almiquí, insectívoro cuyos ejemplares hoy se consideran fósiles vivientes.
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